Malos tiempos para nacer y para morir

La huelga ha logrado paralizar casi por completo los juzgados gallegos porque está siendo secundada de forma mayoritaria por en torno al 90 % de la plantilla, según los sindicatos, aunque la Xunta rebaja esa cifra al 38 %. Pese a que se están cumpliendo los servicios mínimos, los perjuicios para el ciudadano son muchos, especialmente para aquellos que necesiten hacer trámites en los registros civiles.

defunciones

Más de 1.100 muertos oficialmente vivos. Los parientes de una persona fallecida han visto este último mes de huelga cómo al dolor por la pérdida de un ser querido se le suma en muchas ocasiones la imposibilidad de obtener el certificado de defunción en el Registro Civil, un trámite sin el cual para la Administración el finado sigue vivo y no se puede dar de baja su pensión ni su cuenta bancaria, ni gestionar las últimas voluntades. Además de a los familiares, el paro también perjudica a las funerarias, que son las que se encargan en gran medida de estas diligencias.

nacimientos

Dificultades para cobrar la maternidad o tener pediatra. Un bebé puede inscribirse en el hospital en el que nace, pero pasadas 72 horas hay que acudir al Registro Civil. La huelga ha hecho que muchos padres se encuentren con que los funcionarios se niegan a realizar la inscripción a no ser que esté a punto de expirar el plazo máximo legal, que habla de diez días ampliables a treinta. El resultado es que sin esta diligencia cumplimentada las madres no pueden percibir la prestación por maternidad, y tampoco se le puede asignar un pediatra a su hijo.

pensiones

Problemas en las de jubilación y viudedad. Los pensionistas son un colectivo especialmente perjudicado por esta huelga. El colapso de los registros civiles dificulta obtener certificados de defunción o fes de vida. Sin el primero, no se puede dar de baja una pensión de jubilación cuando una persona fallece ni tramitar una de viudedad. Sin el segundo, no se puede mantener una pensión de jubilación si la Seguridad Social ordena una comprobación de que esa persona sigue viva.