Desde 1987 en Galicia hay más entierros que bautizos. Desde hace 29 años las gráficas del saldo vegetativo gallego se hunden fruto de un retroceso en el número de nacimientos y un sostenido crecimiento de las defunciones. Pero no por continuado deja de ser llamativo el último balance entre las dos circunstancias: el último año del que se han completado datos estadísticos refleja 12.521 muertes más que nacimientos, un pico nunca antes alcanzado en la comunidad gallega.

Es tan generalizado el acortamiento en la aportación de nuevos residentes por la vía de la natalidad que solo 14 municipios escapan al saldo negativo, según el análisis del movimiento natural de la población presentado ayer por el Instituto Galego de Estatística. Y esas islas demográficas se ubican solo ya en contornos urbanos, aunque todas las ciudades sufren también la merma poblacional por el mayor número de decesos que de alumbramientos.

El saldo positivo, donde se encuentra, es mínimo en todo caso, y anticipa que se reducirá en breve el número de concellos donde la natalidad se imponga. Lo hace ahora solo por 193 casos en Ames, que sigue siendo la capital de los nacimientos. Detrás, Arteixo (97), O Porriño (45), Salceda (35), Cambre (32), Barbadás (28), Poio (22), Culleredo (19), Ponteareas (18), Oroso (16), Miño (12), Gondomar (11), Soutomaior (10) y Carral (1), demostrando aún cierto empuje demográfico de las villas medias.

En las ciudades el panorama es diferente. La que menos pierde en ese balance es Santiago (-5), seguida de Narón (-19), Vilagarcía (-59), Pontevedra (-117), Lugo (-212), Ourense (-447), Ferrol (-479), Vigo (-584), y A Coruña (-721).

Incide en esa situación que el número de fallecimientos sea ahora el más alto de los últimos 42 años, al llegar a 31.757 al año, 87 al día, mientras que en cada jornada solo nacen ya 52 niños. Nacen ahora al año 19.062 bebés, 24.788 menos que en 1975.

Mayoría en el eje Vigo-A Coruña

Los anticipos estadísticos del 2017 auguran que la situación irá a peor. En la primera mitad del año pasado nacieron 588 niños menos que en el mismo período del año anterior. Solo en Vigo, el punto con más nacimientos de la comunidad, hubo en el 2016 78 menos que el año anterior, y en A Coruña, 81 a la baja.

Los nacimientos dibujan geográficamente la tendencia a la acumulación de la población gallega en el eje costero A Coruña-Vigo, dado que el 79,6 % de los nacidos lo hacen en esa área que se sitúa alrededor de la AP-9.

La tercera pata de las estadísticas del movimiento natural de la población, la de los matrimonios, refleja en cambio un incremento de un 1,5 %, hasta llegar a 9.379 celebrados, 133 de ellos entre personas del mismo sexo. Los contraídos en la Iglesia católica siguen siendo mayoría, el 58,8 %, pero los civiles suponen ya un 40,7 % y los oficiados por otros ritos fueron solo 48.

Uno de cada diez niños nacen de madres que ya han cumplido los 40 años

La edad que más se repite al tener hijos en Galicia se sitúa entre 35 y 39 años. En esa franja se produjeron 6.541 alumbramientos, el 34,3 % del total. Hace tan solo diez años, la edad más frecuente en los partos estaba entre 30 y 34 años, lo que evidencia una vez más el progresivo retraso a la hora de ser madre y además incide en que se reduzca el número de partos y lleve la tasa de fecundidad a tan solo 1,1 bebés en Galicia por cada mujer.

Las madres mayores de 40 años son ya el 10,2 % de las que dieron a luz en el último año analizado por el IGE, de las que incluso 139 contaban con entre 45 y 49 años y siete con 50 o más años, cuando hace una década esa situación solo se había producido dos veces.

Las madres de más de 30 años son en todo caso auténtica mayoría en los registros civiles gallegos, al suponer el 78,2 % , cuando hace diez años eran el 65 %.

En cuanto a la edad más frecuente en lo que a defunciones se refiere, es la que supera los 84 años, con un 46,9 %, aunque en las mujeres llega a un 59,9 % y baja en el de los hombres a un 33,9 %, al registrarse también altos porcentajes en las franjas de la pirámide de población anteriores, las que van de los 75 a 84 años.

Enero y diciembre son los meses en los que se concentra el mayor número de fallecimientos en Galicia, y septiembre cuando menos se producen.